EL MÁS ALLÁ
¿Qué entendemos por Más Allá? Esta es una pregunta interesante,porque nos guste o no, cada persona tiene su propia idea, arraigada en nuestro inconsciente, pero muy desvirtuada por tanta literatura de terror, películas y, lo que es peor, charlatanes y estafadores.No podemos negarlo, al escuchar «Más Allá», todos pensamos en espíritus siniestros, almas penando en su propia penumbra, ruidos extraños, etc. y nos estremecemos solo de pensarlo; nada más alejado de la realidad. Coloquialmente entendemos por Más Allá a aquello, sea lo que sea, a donde vamos después de morir, o sea, el mundo de los espíritus. Una definición un poco más amplia, y también muy común, es entender que se trata de todo lo que se encuentra más allá de nuestra realidad material.
Ahí empieza el problema porque ¿qué entendemos por realidad material? No digáis que es todo aquello que podéis tocar o ver, que está hecho de materia, a diferencia de lo inmaterial. Respuesta espinosa que si investigamos un poco demuestra ser falsa. Para empezar, todas las tradiciones orientales nos hablan de que la realidad material no existe y es una percepción de nuestra mente, que todo lo que nos rodea es vacío en sí mismo. «¡Anda ya!», dirá más de uno, «anda que no es real este libro que tengo en las manos». Pero aquí aparecen los físicos cuánticos, que, sin quererlo, con sus descubrimientos corroboran todo lo que dicen las tradiciones orientales: que nosotros creamos nuestra propia realidad y que todo es energía/vibración que crea una ilusión falsa de realidad.
En menudo lío nos hemos metido; si resulta que nada es real, ¿qué entendemos por Más Allá? Vamos a dejarnos de historias y vamos a tomar por Más Allá todo aquello que está fuera, por decirlo de alguna manera, de nuestra realidad consensuada.
Aunque haya muchas personas que «ven» espíritus, que sienten la energía fluir, que realizan viajes astrales, que reciben mensajes etc. Es decir, esas cosas que no hacen la mayoría, las vamos a dejar fuera del más acá, es decir, de lo que llamamos realidad material, para considerarlas el Más Allá. Ese «lugar», para muchos terrorífico, donde todo es posible, y que para meditadores y médiums experimentados representa una oportunidad de vivir la auténtica realidad y sentirse realmente unidos a todo y al Todo.
Si este tema del Más Allá lo abordamos desde una perspectiva neurológica, nos encontramos que el hombre, fisiológicamente, tiene su cerebro dividido en dos hemisferios, derecho e izquierdo; que el hemisferio izquierdo es el racional y lógico, el que realiza el análisis de la realidad, y el hemisferio derecho es el simbólico, el del arte, el misticismo, donde reside la intuición y otros «sextos sentidos», y que para muchos expertos y científicos es donde radican las facultades psíquicas o mediúmnicas. Es decir, sería esa puerta al Más Allá, lo que nos permite tener experiencias no tan terrenales, al acceso de todos, pues todos tenemos hemisferio derecho pero no todos lo tenemos convenientemente activo.
Resumiendo, Más Allá es lo que está fuera de la realidad consensuada y a lo que podemos acceder a través de nuestro hemisferio derecho cerebral, ampliando nuestra realidad hasta límites insospechados, pudiendo tener la experiencia de Dios y de nuestro carácter divino.
Hay una experiencia de Dios que muchas personas pueden tener. Y como consecuencia de esa experiencia, una interpretación de esa experiencia que esas personas pueden explicar a los demás. Pero esa interpretación nunca será la experiencia. Evidentemente ese Más Allá ha recibido infinidad de nombres, pues está presente en todas las culturas, es el Hades de los griegos, el mundo de los espíritus de Platón (sí, aunque no lo enseñen en las facultades de Filosofía, Platón también hablaba de los espíritus), el Cielo/Purgatorio/Limbo/Infierno cristiano, etc., y está poblado de seres y/o energías nombradas de muchas maneras por las diferentes culturas como ángeles, demonios, arquetipos jungianos, espíritus, etc. Pero que, como quedará claro en este libro, no está separado de lo que creemos que es nuestra realidad material. Y podemos acceder a él desde esta misma realidad.
Pero lo realmente importante para la mayoría, y sobre todo, para los lectores de este libro, son las dudas que se plantean sobre el Más Allá: si de verdad hay vida después de la muerte, si es verdad que veo espíritus, si se puede sanar con las manos, si existen los ángeles y los demonios, si lo que escucho son los consejos de mi guía, si existe la videncia y las premoniciones, si es verdad que se pueden hacer viajes astrales, si es verdad que estamos sujetos a un ciclo de reencarnaciones, si hay vidas pasadas y las puedo recordar, si mis sueños son solo simbólicos o realizo en ellos otras actividades y etc. Pues la respuesta es SÍ.
¿Qué entendemos por Más Allá? Esta es una pregunta interesante,porque nos guste o no, cada persona tiene su propia idea, arraigada en nuestro inconsciente, pero muy desvirtuada por tanta literatura de terror, películas y, lo que es peor, charlatanes y estafadores.No podemos negarlo, al escuchar «Más Allá», todos pensamos en espíritus siniestros, almas penando en su propia penumbra, ruidos extraños, etc. y nos estremecemos solo de pensarlo; nada más alejado de la realidad. Coloquialmente entendemos por Más Allá a aquello, sea lo que sea, a donde vamos después de morir, o sea, el mundo de los espíritus. Una definición un poco más amplia, y también muy común, es entender que se trata de todo lo que se encuentra más allá de nuestra realidad material.
Ahí empieza el problema porque ¿qué entendemos por realidad material? No digáis que es todo aquello que podéis tocar o ver, que está hecho de materia, a diferencia de lo inmaterial. Respuesta espinosa que si investigamos un poco demuestra ser falsa. Para empezar, todas las tradiciones orientales nos hablan de que la realidad material no existe y es una percepción de nuestra mente, que todo lo que nos rodea es vacío en sí mismo. «¡Anda ya!», dirá más de uno, «anda que no es real este libro que tengo en las manos». Pero aquí aparecen los físicos cuánticos, que, sin quererlo, con sus descubrimientos corroboran todo lo que dicen las tradiciones orientales: que nosotros creamos nuestra propia realidad y que todo es energía/vibración que crea una ilusión falsa de realidad.
En menudo lío nos hemos metido; si resulta que nada es real, ¿qué entendemos por Más Allá? Vamos a dejarnos de historias y vamos a tomar por Más Allá todo aquello que está fuera, por decirlo de alguna manera, de nuestra realidad consensuada.
Aunque haya muchas personas que «ven» espíritus, que sienten la energía fluir, que realizan viajes astrales, que reciben mensajes etc. Es decir, esas cosas que no hacen la mayoría, las vamos a dejar fuera del más acá, es decir, de lo que llamamos realidad material, para considerarlas el Más Allá. Ese «lugar», para muchos terrorífico, donde todo es posible, y que para meditadores y médiums experimentados representa una oportunidad de vivir la auténtica realidad y sentirse realmente unidos a todo y al Todo.
Si este tema del Más Allá lo abordamos desde una perspectiva neurológica, nos encontramos que el hombre, fisiológicamente, tiene su cerebro dividido en dos hemisferios, derecho e izquierdo; que el hemisferio izquierdo es el racional y lógico, el que realiza el análisis de la realidad, y el hemisferio derecho es el simbólico, el del arte, el misticismo, donde reside la intuición y otros «sextos sentidos», y que para muchos expertos y científicos es donde radican las facultades psíquicas o mediúmnicas. Es decir, sería esa puerta al Más Allá, lo que nos permite tener experiencias no tan terrenales, al acceso de todos, pues todos tenemos hemisferio derecho pero no todos lo tenemos convenientemente activo.
Resumiendo, Más Allá es lo que está fuera de la realidad consensuada y a lo que podemos acceder a través de nuestro hemisferio derecho cerebral, ampliando nuestra realidad hasta límites insospechados, pudiendo tener la experiencia de Dios y de nuestro carácter divino.
Hay una experiencia de Dios que muchas personas pueden tener. Y como consecuencia de esa experiencia, una interpretación de esa experiencia que esas personas pueden explicar a los demás. Pero esa interpretación nunca será la experiencia. Evidentemente ese Más Allá ha recibido infinidad de nombres, pues está presente en todas las culturas, es el Hades de los griegos, el mundo de los espíritus de Platón (sí, aunque no lo enseñen en las facultades de Filosofía, Platón también hablaba de los espíritus), el Cielo/Purgatorio/Limbo/Infierno cristiano, etc., y está poblado de seres y/o energías nombradas de muchas maneras por las diferentes culturas como ángeles, demonios, arquetipos jungianos, espíritus, etc. Pero que, como quedará claro en este libro, no está separado de lo que creemos que es nuestra realidad material. Y podemos acceder a él desde esta misma realidad.
Pero lo realmente importante para la mayoría, y sobre todo, para los lectores de este libro, son las dudas que se plantean sobre el Más Allá: si de verdad hay vida después de la muerte, si es verdad que veo espíritus, si se puede sanar con las manos, si existen los ángeles y los demonios, si lo que escucho son los consejos de mi guía, si existe la videncia y las premoniciones, si es verdad que se pueden hacer viajes astrales, si es verdad que estamos sujetos a un ciclo de reencarnaciones, si hay vidas pasadas y las puedo recordar, si mis sueños son solo simbólicos o realizo en ellos otras actividades y etc. Pues la respuesta es SÍ.
Algunas de estas dudas las iré abordando en este mismo capítulo y otras, en los posteriores, sin olvidarme de la pregunta del millón: ¿Soy médium? Voy a reiterar que lo que plasmo en este escrito es mi experiencia; no pretendo sentar cátedra con lo que escribo e imagino que habrá otras interpretaciones igualmente validas. Solo transmito mi experiencia con la intención de que pueda servir a los demás para comprenderse a sí mismos y a su realidad.
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